Víctor Ullate

Después de tantos años dedicados a la danza, a veces me sorprendo al mirar atrás y ver el camino recorrido. Este espectáculo es, para mí, un reencuentro con momentos que han dejado una huella profunda en mi alma y en la historia de mi compañía.

Me llena de emoción volver a ver en escena algunas de mis coreografías y las de Eduardo Lao, que han nacido del amor más sincero por este arte. Cada una de ellas guarda en su movimiento un fragmento de nuestro corazón, de nuestras vivencias, de los sueños que compartimos con tantos bailarines, coreógrafos, técnicos, teatros y, por supuesto, con vosotros: el público.

Este homenaje no es solo una celebración de la danza, sino también de todos aquellos que la han hecho posible. Porque la danza no vive sola, necesita ser mirada, sentida, compartida. Es un arte que se escribe con el cuerpo pero se comprende con el alma. Y en esa conexión invisible entre el escenario y la butaca, ocurre la magia.

Gracias por seguir creyendo en la belleza, en la emoción, en el lenguaje silencioso de un gesto que dice más que mil palabras. Gracias por dejaros llevar por ese impulso que a veces solo el arte puede despertar.

Este espectáculo es para todos los que aman la danza tanto como yo. Porque, en un mundo que a veces olvida mirar hacia dentro, la danza sigue siendo un refugio, una llama viva, una forma de acariciar lo invisible.

Con todo mi agradecimiento y mi emoción,

Víctor Ullate